Con un recipiente de latón y unas varillas de idéntica longitud y diámetro se puede medir la conductividad de los metales. Al llenar el recipiente con un líquido caliente, los metales lo reciben y funden una cera que lleva añadida cada varilla. Dependiendo del tiempo que tarda ésta en fundirse, podemos determinar la conductividad de cada metal. Ingenioso invento de Jan Ingenhousz, que data del siglo XVIII.